
Estimado Padre
él, mismo de sus ganas de tener esposa y familia.Me lo decía, y que su amistad conmigo era para un noviazgo, me resaltaba mis virtudes y también me decía cumplidos de mi persona.

Dios, como a una máscara que les permite inspirar confianza de hombres buenos y hombres de Dios. Capaz exagere, no sé, pero varones trabajadores dentro de la parroquia ¡no hay!, hombres listos para casarse, no hay. Están lentos.
También a nosotras no sé qué nos pasa, en cuanto a la búsqueda del esposo, nos da miedo apuntar alto o donde se debe siendo que, mientras más alto, va a ser más difícil conseguirlo o atinarle. Bueno, espero que me responda algo Padre… gracias.
Susan
MI 4ª RESPUESTA A SUSAN
Sí, es era previsible que te sucediera. En las parroquias se refugian precisamente muchas veces los varones heridos,
emasculados, y a veces también los rapaces o adictos al sexo o simplemente al flirteo, o los mendigos de afecto, faltos de ideales terrenos elevados o santos, como es la familia.
Estoy en deuda con el tema para publicar algo sobre la agresión genocida contra el varón por parte del poder global.Pero la agresión es de larga data. La denuncian Chesterton, C.S. Lewis, el Cardenal Josef Cordes. Trata de ella
más específicamente el P. Miguel Ángel Fuentes IVE en su libro La Trampa Rota (bajable de Internet)
Sé que de poco sirve para tu afectividad y sentimientos la explicación racional de las causas cuyos
efectos te hacensufrir. Pero los sufrimientos que sumergen a las mujeres a causa de la ignorancia del varón real–
que ellas no ven, porque sus sentimientos lo sublimizan — son incalculables.
Te mando algo adjunto en atención a tu racionalidad. De lo afectivo y sensible puede sanarte la esponsalidad con Cristoy la disponibilidad para ofrecerte al matrimonio.
Mi consejo es que no pierdas tiempo (ni tu vida) con los heridos y que te reserves para el varón sano que el Señor te encomiende acompañar si así lo quiere.
Y ya has experimentado y advertido qué mal aconsejan los demonios tocando las cuerdas de tu afectividad
Padre Horacio
QUINTA RESPUESTA DE SUSAN:
Hola Padre, leí los artículos, me han impactado. Incluso revisé un poco más en internet hasta dar con publicaciones suyas sobre la esponsalidad con Cristo, uno de los consejos que usted me dio en el correo pasado, y así llegué a leer a Concepción Cabrera. Oí un audio suyo publicado en Radio María, y ahora estoy con las jaculatorias. La verdad me gusta llamar a Cristo Esposo mío, me ha encantado.
Susan
Sobre la agresión al varón y la crisis del varón