4to. mensaje de Enenia 2º en el mismo día 13 setiembre 2010
[Primera mitad]
Padre:
Estoy contenta pero a la vez triste[1]. Contenta porque Dios me está ayudando por medio de usted que tiene experiencia en este tema. Yo le he pedido a Dios y a La Virgen que me ayudaran, directamente o por medio de personas. Porque antes tenía el pensamiento que no debía dejarme ayudar por personas ni por la intercesión de los santos sino directamente por Dios o por La Virgen.
Me siento engañada y me sentía bajo el dominio de una fuerza con la que no fui capaz sola como lo pensaba[2]; todavía me siento bajo ese dominio pero ahora es poco[3] y confiando en mi Divino Esposo en su amor para conmigo permitiendo que me ayuden personas que sí pueden brindarme la
ayuda que yo necesito y abriendo mi corazón para dejarme ayudar[4].
Apenas hace poco que dejé ese pensamiento de querer ser hombre, pues entendí que aceptar y cumplir la voluntad de Dios no solo es ir a vivir la vida consagrada el solo hecho de aceptarse mujer cuando se es mujer es
cumplir la voluntad de Dios[5].
Cuando le digo pequeña[6] realmente no recuerdo la edad que tenia[7].
Pero quiero decir algo porque no me expresé bien lo que quería decir no sé si fue una imaginación o una visión en mi mente que vi al malo y era un demonio negro que quería hacerme daño, pero me daba mucho temor y yo pensaba en lo que este quería de mí y me espantaba pero nunca llegó a hacerme daño[8] en ese momento ni en esa etapa de mi vida, haya sido la niñez o la adolescencia, ni en la imaginación ni con visiones ni con pensamientos, sino que era eso la visión en la mente o esa imaginación de quererme hacer daño y yo enterándome de sus malas intenciones tratando de acercarse a mí pero no tocaba mi cuerpo ni logró hacerme ningún mal y desapareció esto de mi mente pero de todas maneras quedé asustada[9].
Algo que tampoco puedo identificar o recordar es si esto me sucedió sólo una vez o varias veces.
¡Ah! y me siento triste[10] porque a algunas les sucede cosas que son muy bonitas[11] yo había leído esto y me parecía hermoso y yo sé que no debo ser celosa ni envidiar y menos a las Santas que ya están en el cielo pero sí me atacan las dudas ¿es que yo no merezco?[12].
En la próxima entrega, se publica la segunda parte de este mensaje
[1] Lo que aquí expresa Enenia como una experiencia simultánea de tristeza y contento, resulta ser, como se desprende de las descripciones y narraciones que siguen a continuación, como una alternancia de consolaciones y desolaciones, de pensamientos de Dios y del malo, confortadores y hostigadores.
[2] Ella experimenta que ha luchado con una fuerza ajena a sí misma y contra la que no pudo sola. Y experimenta que está siendo ayudada exterior e interiormente en consonancia con el auxilio exterior que dirige y refuerza lo interior, esto es un pensamiento que viene consolador, parte de la consolación divina.
[3] Enenia experimenta que los ataques del enemigo se van debilitando y perdiendo fuerza.
la mirada hostil y de una maldad contagiosa.
figura negra y amenazante.
entristece porque se presenta como un movimiento de envidia hacia una mujer de
Dios, y favorecida con muchos dones espirituales.