ESTER [5] MIMADA POR EL SEÑOR

ESTER. Nombre que en hebreo significa:                     YO ME OCULTARÉ

¡CÓMO ME MIMA
JESUCRISTO ESPOSO!

«… pero ese otro mundo, el de dentro, el que vivo con Nuestro Señor, porque cuando cierro las puertas y dejo que Jesús actúe, oh padre, ¡cómo me hace reír Él! ¡Cómo me mima y me muestra su amor apasionado! ¡A veces es tan apasionado que que me hace dudar de mi misma!… Cada amargura pasa por Él, y vuelve a mi corazón en forma de paz, de paz sumergida en dolor, pero paz… Padre: Desde que he leído su libro «Me quiero casar» y me acojo a sus coplas, todo ha ganado en resonancia, y en en este jardín interior reina una dulzura, que contrasta frontalmente con lo que está pasando fuera»

Buenísimas tardes desde el Escorial padre Horacio:
Hace tiempo que no le escribo pero sepa que no me olvido de usted para nada, está usted en mi mente mucho tiempo, puesto que muchas de las cosas preciosas que van pasando en mi jardín privado interior, me recuerdan ¡cómo no! al Amigo del Esposo, al cual estoy enormemente agradecida.
              Fuera llueve y hace tormenta, mi hijo de 17 años está sufriendo una depresión y está alejado de la Eucaristía y de los sacramentos.
                Con el padre de mi hijo me encuentro con desencuentros profundos a consecuencia de esto que ocurre.
               Tengo una situación laboral precaria, trabajo mucho pero es como si no me cundiera, algunas de mis amistades comienzan a sentir pena de mi. El mundo, entiendo padre, que es el malo es que me esta poniendo trampas una tras otras.

Pero esto padre se contrapone con otro mundo, el de dentro, el que vivo con Nuestro Señor, porque cuando cierro las puertas y dejo que Jesús actúe, oh padre, como me hace reír, cómo me mima y me muestra su amor apasionado, a veces es tan apasionado que me hace dudar de mí misma.
                  Incluso todo el dolor que me toca recibir por la situación de mi hijo y de confrontar la situación tan dura de mi familia, pasa. Lo sufro y pasa, porque pasa con Él, y Él se encarga de todo, como tantas veces me dice. Cada amargura pasa por Él, y vuelve a mi corazón en forma de paz, de paz sumergida en dolor, pero paz.

EFECTO SANADOR DE LAS COPLAS
Padre: Desde que he leído su libro «Me quiero casar» y me acojo a sus coplas, todo ha ganado en resonancia, y en en este jardín interior reina una dulzura, que contrasta frontalmente con lo que está pasando fuera que solo se lo puedo contar a usted.
Es como si para el Señor todo eso no tuviera demasiada importancia, y lo único importante para mi es estar PARA EL. Las únicas quejas de mi esposo vienen por que no le destine la atención suficiente y me disperse en las preocupaciones del mundo. Que por otro lado son tantas.

Antes apuntaba todo en el cuaderno: las conversaciones, las reflexiones, las palabras que escuchaba de él, ahora está presente de otro modo, más silencioso. Y le pregunté por qué. Y me hizo saber que era porque ahora era yo quien debía hablarle, hablarle en modo esposa, portarme como tal con Él.
                  Y de ese modo se ha abierto en mí otro canal de entendimiento, que es el comunicarnos a través del silencio. Está callado, pero en su silencio sé lo que siente, y yo apenas tengo que decir nada para que lo sepa y me de cuenta de qué modo está conmigo.
                Y descubro tantos mensajes suyos a mi alrededor que pareciera que soy yo la que pongo el limite. Es alucinante. Es precioso.

La semana pasada, en domingo, me lleve una mantilla para llevarla puesta en la parroquia a solas. El tiempo que la tuve puesta, sentí su presencia que me envolvía, como una fuerza que me rodeaba, algo que me arrebataba.
             Creo que tengo que insistir en esto del velo. Muchas gracias padre. Rece por mi. Dios le bendiga. 

Yo le agradezco el poder ir enviando mas cosas si a usted le parece. Me siento un poco sobrepasada.
«¡Bendito seas, Dios de Abrahán, Dios de Isaac y Dios de Jacob! Ven en mi ayuda, que estoy sola y no tengo otro socorro fuera de ti, Señor, porque me acecha un gran peligro. Yo he escuchado en los libros de mis antepasados, Señor, que tú libras siempre a los que cumplen tu voluntad. Ahora, Señor, Dios mío, ayúdame, que estoy sola y no tengo a nadie fuera de ti». [Oración de la Reina Ester]

Millones de gracias padre, Dios le bendiga,
Ester

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