ESTER [3]SEDUCIDA POR CRISTO – EL ANILLO NUPCIAL

    Cuando llegué a casa me fui a una tienda                       y me compré un anillo

CÁSATE CONMIGO

Jesucristo rondaba mi puerta, pero sin embargo yo me resistía a mirarle de frente. Un día rezando le pregunté por la noche, a solas qué quería de mi, que me lo dijese, y de repente escuché tan claro y meridiano, “CÁSATE CONMIGO». Me asusté tanto que me regañé a mi misma. Me decía: ¡Qué clase de pensamientos tienes! ¡¿Cómo se me puede ocurrir algo así? Y deseché todo pensamiento de este tipo.

Y ENTONCES OCURRIÓ Al poco fui a unos ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola. Nunca los olvidaré. Eran ejercicios de silencio. El último día, antes de irme fui a la capilla a despedirme de mi nuevo amigo, el Señor, con el que había compartido esos días, en una capilla pequeña. 

Me arrodillé, ¡y entonces ocurrió! Algo maravilloso comenzó a entrar por mi cabeza y fue atravesando muy lentamente todo mi cuerpo, desde la cabeza a los pies. Era como una ola gigante que me iba invadiendo de amor por donde pasaba, una amor que jamás había sentido. No podía creerlo. Toda yo estaba inflamada y flotando en un no sé qué, Yo no me quería ir ya de allí. Y me invadía una inmensa nostalgia de tener que dejar ese lugar. No sé cuánto duró, poco, pero era como si me grabase una huella en mi interior.
Cuando llegué a casa me fui a una tienda y me compré un anillo

 

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