Querido Padre:
Dios lo colme de bendiciones cada día. Le cuento que le tengo mucho aprecio aun sin conocerlo ya que he leído sus libros y escuchado CDs con sus retiros y para mí fueron una bendición del cielo de
manos de la providencia…
Lamento no haber comprendido las cosas que usted explica muchos años antes, ya que creo que de ser así no hubiera cometido tantos errores, pero Dios sabe por qué y cuándo se dan las cosas y por
misericordia Suya no debo lamentar graves consecuencias.
Le cuento que tengo 26 años, estudio en Corrientes desde hace 8, soy de Santo Tomé y si Dios quiere me recibiré de medica en unos meses.
Lo que quería contarle es que siempre tuve el inmenso deseo en mi alma de tener una familia santa al servicio de Cristo, he anhelado años poder santificarme en las tareas simples de un hogar, tareas que yo encuentro maravillosas, he soñado con tener muchos hijos, todos los que Dios quiera y que mi vida sea un desgaste en el servicio de Dios en la educación de mis hijos y la atención de mi esposo, me llena de gozo pensar, que si es voluntad de Dios algún día podré dar vida a almas para Dios, para el cielo, para que den gloria a Él en esta vida y lo acompañen en la eternidad.
Hace 4 años que conocí un chico
consagre a la Virgen y yo renueve mi consagración a ella ese mismo día.
Pero no todo es tan bonito, nos conocemos mucho, yo podría enunciarle sus defectos al igual que él los míos, y es por esto que quiero consultarle.
En medio de todas nuestras falencias hay dos que me
preocupan más: por parte de él, le cuesta horrores comunicarse, creo que ha sido una falencia de su familia. Ninguno de nosotros dos tuvo hogares católicos, sino que fue nuestro Jesús que guio los pasos para que yo me convirtiera a los 16 y el hace aproximadamente hace 5 años y en especial después de conocernos cambio su vida radicalmente. Tiene 27 años, es contador y administrador de
empresa, trabaja mucho y es muy inteligente, pero este tema de la comunicación es su mayor problema.
Le cuesta expresarse, le cuesta demostrar su amor a las personas, en estos años de amistad creo que fue la primera vez que dijo te quiero, porque fueron miles de veces las que lo hice yo y la que le dije lo importante que era para las personas que ama que les demuestre lo que siente. Creo que fue una falla de sus padres, en especial su mama, y eso es lo que más me duele porque prácticamente no hay culpabilidad, sino que no sabe dar lo que no recibió. Sus padres están juntos, son unidos, se han dedicado a sus dos hijos con toda el alma, pero intuyo que le dieron muchas
cosas materiales, pero no supieron educarlos en sus afectos, quizás con dolor le digo, no les enseñaron a amar, podrá ser así? Él lo reconoce y se esfuerza por ser demostrativo y expresivo, se esfuerza por dedicar tiempo a los que ama, ya que por ahí creo que se encierra en su trabajo donde es sumamente eficiente y deja de lado sus afectos que no sabe cómo manejar.
Tengo miedo de cómo influirá esto el día que sea padre y esposo y quisiera saber como yo, como «maestra de la amistad» puedo ayudarle. De más está decirle que lo amo profundamente y sé que en su vida no ha existido otra mujer desde que me conoció y que nunca quiso tanto a alguien, en verdad esto es lo que me da fuerzas para seguir cuando descubro esta herida en el, que no sabemos cómo curar.
Estamos lejos, hace 2 años que vive en San Juan. Le cuento que hablamos(cosa nada fácil por teléfono) y nos vemos una vez por mes. Esto nos ayuda a rezar mucho y dejar las cosas en manos de Dios, que tiene un plan para nuestras vidas desde toda la eternidad y que si nos quiere juntos así será. Pero esto a veces no es visto tan claro por mí, y acá va el segundo punto. Yo tuve padres generosos y abnegados, que se sacrificaron por nosotros y nos dieron lo mejor aunque no mucho material gracias a Dios! Soy la única mujer de 3 hermanos y siempre fui muy mimada, hasta que me fui dando cuenta que en la vida hay que sufrir, que es el único camino para crecer humanamente y para llegar al cielo y desde allí le pido a mama que me deje sufrir( ya que es una gran mujer, pero siempre ejerció la «divinidad ilegalmente»). El tema es que papa ha sido alcohólico desde siempre, tuvo momentos peores y otros no, no llegaba a emborracharse mal, pero tomaba todos los días y a veces era muy violento con mi mama, nunca le pego, pero las palabras a veces son peores que los golpes, además nunca la valoro, siempre fue muy noble, muy buen padre dentro de sus posibilidades,
pobrecito, pero lo he visto humillar a mama delante de otras personas y no valorarla como mujer ni como esposa. Ella, con amor heroico, callo y acepto grandes injusticias por amor a él y por nosotros, como no permitirle ver a sus padres por 10 años con todo lo que eso implicaba, o que muchas veces el no tuviera razón en lo que decía, pero ella debía aceptarlo. Yo tengo cosas de mamá, como la gran capacidad de amor o el sacrificio por los que amo, pero otras cosas no, mi temperamento es diferente y yo hago que la persona que tengo al lado me escuche y aun cuando deba luchar siempre por ser más dulce, hago valer lo que pienso, pero tengo dos cosas, querido padre, mucha inseguridad en mi misma, David, el chico con el que estoy, me pide que me valore mas, a mi me cuesta horrores!!!! Además se une mi necesidad de saberme querida y el miedo de perderlo, mis celos(es un chico muy lindo objetivamente y talentoso) y su falta de expresividad y ahí se complica todo. Además tengo terror de equivocarme en la elección y como usted dice tengo miedo de nunca ser feliz, he visto a mi madre sufrir demasiado.
En medio de esto, que le pido me muestre cómo sanar, cada día alzo mis ojos al cielo y rezo y pido, ayer pensaba que Dios Padre conoce la intimidad de mi corazón, mis anhelos y que en medio de estas
tormentas que se levantan yo quiero desde mi miseria humana, cumplir su voluntad en mi vida, y sí, también anhelo ser feliz, pero sé que la parte de felicidad posible en esta tierra se logra solo en la compañía de Jesús y que aun cuando ame profundamente a David, y este muy enamorada de él, el único amor que puede llenar mi corazón es el amor de Dios porque nuestro corazón tiene sed de infinito y de eternidad y que en la medida en que ame mas a Dios aprenderé a amar a mi novio a quien Dios me ha prestado dándome mucha alegría y a la vez sufrimiento, y es que creo que el amor va unido a la cruz, no padre? y que la muestra más grande nos la dio Jesús.
Perdón por alargarme tanto, marqué con negrita lo que quería consultarle. Como verá, a mí no me cuesta expresarme…
Gracias por su tiempo, espero su respuesta, en verdad a los dos nos ha hecho muy bien sus consejos en los libros y el retiro, yo creo que fue providencia. Pido oración por este amor que esperamos sea para la mayor gloria de Dios y para que seamos puros y yo sepa cuidarlo, (que por cierto soy sanguínea de temperamento y muy cariñosa y eso a veces no ayuda) él sabe respetarme, y eso llena mi alma de gozo y yo le pido que me encomiende a la Virgen para que yo sea el «ángel de su pureza».
Gracias querido padre!!! Rezo por su santidad y para que siga haciendo tanto bien a las almas que Dios cruce en su camino. Que la Reina del cielo y Madre nuestra lo cubra con su manto y lo lleve entre sus brazos cada día… con afecto en Jesús: Juana
MI RESPUESTA 22-09- 2007
Querida Juana
Pensé que no podría responder tu mail antes de volver a Montevideo. Pero me acaban de permitir acceso a un PC privado y puedo leer y responder tu mail con la atención y el tiempo que merecen.
Creo que la respuesta principal es «el matrimonio es un sacramento» y es «un sacramento de sanación». Un sacramento quiere decir, un signo eficaz de la gracia instituido por nuestro Señor Jesucristo, y por lo tanto un signo en el que el mismo Jesucristo está activo como ministro de la Gracia, que toma como ministros mediadores suyos a los esposos, de modo que él es ministro de sanación y santificación para ella, y ella es ministro de sanación y santificación para él. En efecto esa
gracia del sacramento es sanadora y santificadora. Por lo tanto, se supone que los ministros, es decir, los esposos, al contraer matrimonio, son seres heridos por las penas del pecado original y que están comenzando un camino de santificación.
Por eso, los defectos o limitaciones que hay en él o en ti, no deben ser obstáculo, sino simplemente motivo para que el amor esponsal se ejercite en la misericordia por lo que en el otro aún hay para
compadecer y ayudar a sanar mediante el ministerio medicinal de la gracia matrimonial.
«Si Dios está por nosotros ¿quién contra nosotros?» pueden decir y creer los esposos, confiando en Jesús «Jesús en ti confío».
En cuanto a tus temores, son parte de la «pena» que sufren las hijas de Eva como consecuencia del pecado de la madre de todas. Es el doloroso desgarramiento entre el amor (esponsal y maternal) por un lado y los miedos, iras y tristezas, que esos mismos amores despiertan en su alma, porque los seres amados, bienes amables, tienen algunos males menores adjuntos «pero él te dominará» (o te traicionará o se te morirá) «los darás a luz con dolor» (y te darán trabajos y otros sufrimientos).
Es aleccionador lo que cuenta San Agustín acerca del matrimonio de su madre Mónica y de su figura como esposa. Está en el Libro noveno, capítulo octavo de las Confesiones.
Creo que esta respuesta global, responde a lo que me planteas en detalle.
Me ha alegrado mucho ver hasta qué punto has asimilado y sabes aplicar lo que he podido decir en «La Casa sobre Roca».
Te recomiendo que consigas el último libro que he publicado. Se llama «José y Felicita. UNA HISTORIA DE AMOR. Cartas 1926-1932» Editorial Lumen, Buenos Aires, 2007. Acaba de aparecer en Agosto. Yo solo le hago la introducción, una crónica y anoto este documento histórico que es la correspondencia entre dos novios. Creo que podría ser beneficioso para ambos, pero sobre todo para tu novio, leerlo. Se lee como una novela y mi intención al publicarlo fue ofrecer un testimonio más sobre lo que expuse en La Casa sobre Roca, pero que, por su extensión debía presentarse aparte. Se lee como una novela, te decía, y las chicas encuentran en la lectura el gusto de las «novelas rosa». Pero también los varones encuentran en él un buen modelo de relacionamiento con su novia.
Sólo que esta es una “novela real”, de un amor extraordinario en lo ordinario. Un arquetipo o modelo, en un tiempo en que lo que se propone como modelo son pobres tipos, como los del gran hermano.
Un arquetipo como este puede ser una escuela para tu novio, para destrabar en él, la lectura de sus propios sentimientos y proporcionarle medios de expresión. Míralo y después me cuentas.
Espero que me tengas al tanto de lo que va sucediendo con Ustedes. Los pongo en la Mano del Padre. Donde no has de vacilar en ponerte tú también, con toda confianza, junto con el Esposo que viene de tu Padre celestial. Bendiciones
Padre Horacio
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