NO VIENE EL HIJO DESEADO (3 de 9)

Ella no se da cuenta de que aún no quiere
al niño por el niño sino que lo quiere en gran parte para y por sí misma.
¿Quiere un niño por el niño o lo quiere para ser madre?
El hijo para ella ¿es un fin o es, por lo menos en buena parte, «un medio»?

Mi respuesta a Gerardo (Continuación)

Estimado Gerardo:
Completo ahora mi respuesta anterior, que era muy larga y debí interrumpir sin poder agotar el tema. Usted me pedía en su anterior, que le diera algunos consejos prácticos de cómo hablar y poder convencer a su esposa.

Usted debería suspender las relaciones íntimas con su esposa hasta que ella no se libere de su ansiedad, de su obsesión enfermiza, de quedar embarazada a toda costa, sin tener en cuenta la voluntad de Dios.
Ella debe aceptar en fe que el Señor puede querer que no tenga hijos.
La suspensión de las relaciones íntimas, sin embargo, no debe plantearlas como un castigo, ni con dureza, sino amorosamente y con ternura. Como una medida medicinal, para ayudarla a vencer esa ansiedad y obsesividad “demoníaca” de querer el hijo a toda costa sin someterse a la voluntad de Dios. Usted, como ministro de Dios, debe traducirle a su esposa esta voluntad de Dios que es el remedio para su querer obsesivo.

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