NOVIAZGO Y MATRIMONIO:
CARISMA Y MINISTERIO

El enamoramiento es un carisma.
Y los carismas los confiere el Espiritu Santo.
Los carismas son gracias que se dan sin atender a los méritos ni santidad del que los recibe, porque no son para su provecho sino para el de los demás. Así el novio recibe el carisma enamoramiento, aunque no sea santo ni bueno todavía, para el bien de la novia que reconoce como su futura esposa. Y la novia recibe el carisma de reconocer el enamoramiento en su novio y aceptarlo, para el bien de su futuro esposo.

El carisma del enamoramiento es una llamada al ministerio sacramental del matrimonio

El matrimonio es un sacramento del que los esposos son los ministros.
Los sacramentos los instituye y los imparte el Hijo hecho hombre, a través de los ministros del cada sacramento. En el sacramento del matrimonio, los ministros son los esposos que se administran el amor de Cristo el uno al otro, recíprocamente. En el el ministro de cada sacramento obre en su nombre.

El CARISMA del enamoramiento mueve los sentimientos y la inteligencia para reconocer al cónyuge.

El MINISTERIO matrimonial es el ejercicio del sacramento que se contrae con el sí de la boda y éste se ha de vivir renovándolo cada día, día a día en fe y fe y fe y fe. Su radicación está en la voluntad por encima y aún contra los sentimientos.

Explícaselo a tu esposo/a para que entienda que el carisma del enamoramiento no es todo el amor sino solamente el comienzo sensible que conmueve la sensibilidad y que ese dulce comienzo es lo que ha de dar esfuerzo para vivirlo después como ministerio, en la cruz, sabiendo que es una gracia que vino de Dios pero reclama nuestra cooperación esforzada y dolorosa.

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