
DESDE URUGUAY
Un testimonio de gratitud al
Prof. Dr. Rodolfo Julio Mendoza
P. Horacio Bojorge S.J.
Destacaré algunos hechos entre muchos por lo que le debemos en Uruguay gratitud al Dr. Rodolfo Mendoza y entre otros yo en particular.
Uno de los motivos más destacables es que el Dr. Rodolfo J. Mendoza logró la fundación en Uruguay de una filial de la SITA (Sociedad Internacional Tomás de Aquino).
Habiéndose conocido en los Congresos de Filosofía con la Prof. María Cristina Araújo Azarola (que iba a ser la primera directora de SITA en Uruguay), comenzó a viajar periódicamente a Montevideo para animarla a la fundación de SITA en este país. Había entre él y nuestra llorada primera directora de SITA Uruguay, un vínculo de amistad nacido de ideales comunes: intelectuales, de fe y apostólicos.
Entre ambos lograron reunir en Uruguay el primer grupo de interesados en el estudio de Santo Tomás de Aquino. Ese fue el grupo fundador de SITA en Uruguay. La reunión fundacional se llevó a cabo el día 20 de septiembre de 2001 en el domicilio de la Prof.
María Cristina Araújo Azarola. Y pronto, en los dos años siguientes bajo el impulso de Cristina Araújo y de Rodolfo Mendoza comenzó sus actos anuales de los cuales destaco los de 2002 y 2003.
Expositor en el 1er. Encuentro de Estudio que organizó SITA Uruguay en 2002:
Al año de fundada, el sábado 14 de setiembre de 2002, la sección Uruguay de la SITA realizó el primer Encuentro de Estudio suscitando la reflexión sobre el quehacer cultural a la luz de las enseñanzas de Santo Tomás de Aquino.
El tema del encuentro fue “Santo Tomás y la crisis contemporánea”. La exposición del tema estuvo a cargo del Dr. Roberto J. Mendoza. Él accedió gustoso a visitarnos para dar el impulso inaugural a la incipiente SITA en Uruguay. Él dividió su exposición en cuatro brillantes conferencias:
1ª) La naturaleza de la cultura y la cultura católica;
2ª) La modernidad: fragmentación y secularización de la cultura;
3ª) El secularismo y la civilización inmanentista contemporánea;
4ª) Santo Tomás y la respuesta católica a la crisis religiosa ,cultural y política de nuestro tiempo.
Desde entonces nunca dejó de acompañarnos en las actividades de SITA Uruguay o de interesarse por seguir con interés nuestras actividades ordinarias y extraordinarias.
Presentador de la SITA en el 1er. Simposio de Bioética en 2003
Los días 12 al
15 de mayo de 2003, se realizó en el salón auditorio de la Universidad Católica Dámaso A. Larrañaga, en Montevideo, el Primer Simposio Rioplatense de Bioética organizado por SITA Uruguaya, con la estrecha colaboración del Presidente de SITA Argentina.
El
Simposio reunió como disertantes a estudiosos de ambas márgenes del Río de la
Plata y a numeroso público. Para el éxito de aquella convocatoria fue decisivo el prestigio académico y las vinculaciones del Dr. Rodolfo Mendoza, y de la Prof. Cristina Araújo.
Vinieron desde Argentina como expositores: el Dr. Alberto Caturelli, el Dr. Mario Caponnetto, el Dr. Héctor Hernández, el R.P. Domingo Basso O.P.
El Dr. Rodolfo Mendoza, tras los discursos del Sr. Arzobispo y del Rector de la Universidad, cerró el tramo inaugural del Simposio presentándole al auditorio, que en su mayoría era la primera vez que oía hablar de ella, la historia, la naturaleza y los objetivos de la SITA.
Fue este acto póstumo que organizó nuestra llorada directora María Cristina Araújo Azarola.
Habría más que decir del impulso que recibió nuestra SITA uruguaya de la comunicación permanente con el Dr. Mendoza. Pero no quiero abrumar con su enumeración. Pasaré a dar testimonio de algunos motivos míos de gratitud.
Mi deuda de amistad personal con el Dr. Rodolfo Mendoza
Uno de los frutos más estimables de nuestra relación espiritual, intelectual y apostólica fue el impulso que me dio para emprender el Informe Crítico sobre el pensamiento del jesuita uruguayo Juan Luis Segundo que se publicó con el título: «Teologías Deicidas. El pensamiento de Juan Luis Segundo en su contexto. Un Informe». Ed. Encuentro, Madrid 2000.
Durante la elaboración de este informe él fue el consultor de referencia al que acudí con frecuencia para pedir orientación en una tarea nueva para mí. Él me enseñó que el camino que espontáneamente había emprendido en mi presentación crítica del pensamiento de Juan Luis Segundo era del género académico del «Informe», por lo que tenía plena validez y fuerza argumental académica.
Me asesoró también en algunos trechos más difíciles de este estudio crítico. Por ejemplo cuando llegó el momento de mostrar cómo Juan Luis Segundo no había entendido el sentido de la distinción que hace Santo Tomás de Aquino entre relación real y de razón, cuando el Angélico trata de la relación el Creador con las creaturas. Y por qué ese error de interpretación lo había llevado a Juan Luis Segundo a falsas conclusiones a la hora de evaluar la doctrina del Angélico y de la seriedad del vínculo amoroso entre Dios y el hombre.
Él me dio a conocer algunos estudios básicos sobre el fenómeno del secularismo que hasta entonces yo había padecido sin entender su verdadera naturaleza y su ubicación en la historia del pensamiento y de la cultrua . Entre ellas me remitió a la lectura del magistral estudio de Augusto Del Noce sobre el tema. Este estudio está a la base de todo el capítulo séptimo de Teologías Deicidas.
Pero más que estos auxilios intelectuales, el principal motivo de mi gratitud hacia él es y será siempre, el de haberme agraciado con su bondadosa amistad.
Y esto, su muerte, lejos de arrebatármelo me lo conserva y me lo devuelve glorificado y acendrado.
Hay, por fin, un don de Dios en este personaje tan querible que hoy recordamos. Un don de Dios que siempre percibí en él con asombro:
El Dr. Rodolfo Mendoza era un carismático de la amistad y de la comunicación con sus amistades. Fue un generoso sembrador de vínculos y comunicador de las personas.
Por mi vida y por la de tantos otros, «pasó haciendo el bien».
Que descanse en la Paz del Padre.
P. Horacio Bojorge