SUSANA SEEBER DE MIHURA 1941/1 [26]
SOY FELIZ… PERO CUANDO

1941 FEBRERO a OCTUBRE

«Hoy, en misa, Jackie y Ricardo apoyados contra mí, uno a mi izquierda y otro a mi derecha; pero era yo que estaba apoyada en ellos. Soy feliz mientras no pienso más que en ellos, mientras miro a mis hijos, y mi casa y mis flores. Pero cuando pienso en el mundo que nos rodea, en la ignorancia, la credulidad y estupidez de la gente, siento una ola de indignación adentro mío…»

FEBRERO:
Hablamos de la guerra, y no escribo nada, cansada de comentar la mala fe, el miedo y la estupidez de la gente. Los anglófilos están convencidos de que ganan, nosotros de que pierden; y de que cuando empiece la primavera se va a armar un escándalo general. Japón en Asia y el Eje en Europa, y Estados Unidos interviniendo en Asia. Me extraña no tener miedo de lo que va a venir, aunque a veces tengo la sensación de vivir en el aire. No veo nada claro en el porvenir. Que un cambio mundial se viene encima, no lo dudo. Pero, en el fondo, lo que siento es interés y curiosidad; porque creo que, suceda lo que suceda, la inteligencia y ciertas virtudes seguirán teniendo su valor. No tengo miedo mientras Enrique y mis hijos estén sanos y fuertes en todos los sentidos. Seré feliz, a pesar de todo lo exterior, si estamos juntos.
Lo que no deja de asombrarme es la estupidez de la gente que cree que, si gana Inglaterra, todo seguirá “pour le mieux dans le meilleur des mondes” [de lo mejor en el mejor de los mundos]. ¡Como si ello fuera a evitar la tormenta que se nos viene encima! Será peor: ellos no tienen con qué reemplazar lo que la guerra les habrá destruido – espiritual y materialmente – en sus pueblos. Alemania tiene, por lo menos, su nuevo “orden”.

ABRIL
La gente confunde “divertirse” con “ser feliz”. Yo no me divierto nada, y soy feliz. Esto, a propósito de una conversación sobre el matrimonio. “No hay sino momentos de felicidad “dijo alguien: y tampoco es cierto. Esos momentos de felicidad a los que se refería son, en realidad, momento de éxtasis, que están en un plano distinto al de la vida normal de todos los días. Hay una felicidad en la vida de todas las mujeres conscientes que se han casado y tienen hijos, felicidad que no depende de la bondad de sus maridos ni de nada material. Una felicidad que- si uno la analiza- no consiste sino en el olvido de sí misma (y yo creo que por eso es que me podía decir F., a pesar del desastre de su marido, a pesar de la desagracia de su hijo: “¡Por qué no te casas, estoy deseando que te cases!”).
Hay momentos en que yo regrette [lamento] mi vida de antes: mientras la veo como en cinematógrafo; hasta que me acuerdo del desconcierto, del vacío y la insatisfacción que sentía.

MAYO
Empezamos a oír- ¡en las democracias!- las palabras “deber” y “patria”. Nadie se anima a confesar tan públicamente sus prácticas de “birth control”, ni a considerar casi como una mala acción el tener muchos hijos. Sospecho que cada vez lo oiremos menos. Todavía quedan muchos que hablan del horror de las guerras y del pacifismo: no quedará ninguno dentro de poco, creo.
No, no tengo miedo. Me gusta la vida en la que hay algo desconocido que esperar. No tengo miedo por mis hijos. Les enseñaré a ser hombres.

JUNIO
En papel aparte, se concluyó la libreta: ¡y tan luego en este momento! Esta guerra es un cúmulo tal de contradicciones y “voltes – faces”, que habría que estudiarla bien para descubrir la razón de esta particularidad. Ha de haber una causa profunda que no alcanzo a ver. Una causa quizás tan profunda que ni los mismos actores la han visto al empezar. Y que va apareciendo, y arrastrando los acontecimientos hacia su aclaración; porque estaba allí, en el fondo, desde el principio, ignorada pero actuante. Hoy Alemania invadió Rusia, y pelea al lado de Finlandia contra Inglaterra. ¡El “bastión de la democracia”, peleando “por la libertad” al lado del comunismo! ¡Es un disparate tan grande a primera vista: es como si, de pronto, la gente se pusiera a caminar patas para arriba!

JULIO
Increíble, lo que puede llegar a creer la gente si se lo repite suficientemente. Y no hay diferencia en esto entre brutos e inteligentes: las mismas frases, los mismos argumentos. La mentira ni siquiera es hábil, sino burda, pero se las repiten todos los días en sus diarios. La “infiltración nazi”, el “peligro alemán”. El año pasado se hubieran reído; hoy todo es evidente para ellos. Me da rabia y tristeza, pero sobre todo indignación, esta aceptación universal de la mentira.
Y no es más que una “cortina de humo” para entregarnos al dominio económico de Norteamérica. Dios quiera que nos salvemos de ella, sobre todo de su influencia moral. Veo con horror el día en que lleguemos a admirar a ese país sin cultura, sin criterio, detestable.

OCTUBRE
Flores de membrillo en los floreros, jazmines del Paraguay en el florero blanco de porcelana- rígidos, pero llenando el cuarto de perfume- rosas y calas. Miro mi living y estoy contenta, porque es lindo. Afuera, los cipreses y las tuyas entre las flores blancas de los perales viejos.
Hoy, en misa, Jackie y Ricardo apoyados contra mí, uno a mi izquierda y otro a mi derecha; pero era yo que estaba apoyada en ellos. Soy feliz mientras no pienso más que en ellos, mientras miro a mis hijos, y mi casa y mis flores. Pero cuando pienso en el mundo que nos rodea, en la ignorancia, la credulidad y estupidez de la gente, siento una ola de indignación adentro mío.

***

(16 de octubre) Los alemanes a las puertas de Moscú. El gobierno, acá, parece dispuesto a ponerse enérgico. Tengo bastante fe en este gobierno, que creo que obligará a los políticos a mantener una estricta neutralidad aunque no quieran.

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