SUSANA SEEBER DE MIHURA 1941/3 [28]
AMO ESTA TIERRA

Ramón S. Castillo Vicepresidente de la Nación Argentina en ejercicio del Poder Ejecutivo entre el 03-06-1941 y 27-06-1942

DICIEMBRE 1941 – (12 de diciembre).

Ahora el Japón. Espero que la “no beligerancia” de Castillo no sirva para echarle más leña al fuego de la “confusión de las ideas” en este país. .
               Mientras no nos toque, esta guerra en Asia no tiene ninguna importancia para nosotros. El Japón ha empezado con triunfos sensacionales.

               Ahora estoy temblando de que Alemania declare la guerra a Estados Unidos. No creo que cometan un error tan grande. Y no quiero ni pensar en lo que eso significaría aquí.

(13 de diciembre). Sí, Alemania declaró la guerra. Estamos esperando a ver qué resuelve Castillo. Alemania ha resuelto esperar el fin del invierno para seguir la guerra en Rusia.
               No me tomo el trabajo de pensar en el futuro: porque es, realmente, “Imprevisible”. Sea lo que sea, no estoy desesperada. Creo que los hombres seguirán sufriendo, gozando, amando. Haciendo el bien y el mal en cualquier circunstancia, en la misma medida.

***

A veces, antes de dormirme, veo a París. Vuelvo a vivir algún día cualquiera de mi vida de entonces, y siento como una tristeza sorda, apenas perceptible: porque eso ya pasó, y nunca más seré la muchacha libre y egoísta y ardiente que era entonces. Cuando en París no se hablaba de guerras ni de democracias, cuando adelante mío no había nada todavía, y existía todo lo que yo quería imaginarme. Quisiera entonces volver atrás, que papá y mamá no hubieran muerto, no haber conocido el horror de la enfermedad de mamá; y poder- como hacía entonces- cerrar los ojos y borrar de la realidad todo lo que en la realidad no me gustaba.

Hoy, mientras hacía tapicería, pensé que jamás hubiera podido, entonces, estar tan satisfecha sentada, bordando. No es tanto que yo haya cambiado. Es que vivo en otro plano. Es como si las cosas hubieran cambiado de sentido. En aquella época me hubiera producido angustia bordar o coser, o ir a la cocina a enseñarle a la cocinera. Una angustia que siento, todavía, y por un instante vuelvo a ser la que era. Esta sensación de perder el tiempo, de estar estancada, esperando, esperando. Y de que esas actividades materiales ne m´avancaient pas [No me conducían] hacia el fin, un fin ignorado pero existente.

Hoy, al bordar, veo mis sillas en ese comedor imaginario que aún no poseo, y me llena de entusiasmo. Y, si cocino, es una verdadera satisfacción que la comida esté rica en mi casa. Antes, solamente el leer o estudiar, o contemplar la belleza, alejaban de mí esa sensación de inutilidad y de vacío. (¿Será, quizás, porque estas cosas dan algo, una riqueza que procede de ellas mismas, mientras que en el producto del trabajo manual, no hay nada más que lo que hemos puesto en él?). No era precisamente el casamiento lo que yo buscaba entonces, era algo vago: la “felicidad”, que no existía para mí sino en el amor, en querer y ser querida. No pensaba en “mi casa” ni en “mis hijos”, porque eso hubiera traído consigo la idea de una responsabilidad, y a esa idea nunca entonces la tuve.

Y porque creo que a todas las mujeres, a todas las muchachas del mundo les pasa igual, es que comprendo el abismo que separa a los jóvenes de los que ya son hombres y mujeres. Lo que para unos es una realidad viviente, es para los otros una frase muerta.
                 Si mamá hubiera estado bordando estas sillas para casa, y me hubiera pedido que la ayudara, lo hubiera hecho de mal humor, y como ella se habría olvidado ya, quizás, de su juventud, no hubiera comprendido el sacrificio espiritual que hubiera sido para mí, la tortura de cada puntada.

***

Desde que Castillo decretó el estado de sitio [01-12-1941], estamos tranquilos. Los radicales y los aliadófilos dicen que Castillo es nacionalista; los nacionalistas, que nos lleva a la guerra a la rastra de Estados Unidos. Me parece que es el hombre del justo medio, que es enérgico y mantendrá la neutralidad. Y creo que, si Dios nos ayuda, pasaremos este cataclismo sin meternos en él.
                La guerra estancada en Rusia (los rusos anuncian la retirada catastrófica de los alemanes); mal en África para los alemanes. Japón, en cambio, sigue con la iniciativa en Asia. Pagaría por una derrota de Norteamérica. Por el momento, no me interesa más que nuestra situación ante esta guerra.

***

Amo a esta tierra; no “la tierra” simbólica, sino la de aquí. La tierra de mi estancia, la tierra que veo y toco. Y la amé desde el día en que mis hijos pusieron sus piececitos sobre ella. Se ha vuelto una tierra santa, porque ellos han dejado marcada su huella en el barro y en el polvo. Yo creo que una mujer no puede amar a su patria, ni tener una noción abstracta de la patria. No, yo he comprendido lo que es mi patria, y la he amado, desde que tengo hijos, y nunca antes.

(22 de diciembre). Estoy temblando. Hitler ha destituido a sus generales y toma el mando de todas las tropas. Por primera vez, dudo del triunfo de Alemania. No es Alemania lo que importa, pienso en nosotros. Estoy convencida de que la derrota de Alemania es el triunfo del comunismo en todas partes.

—oOo—

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.