SANTO TOMÁS MORO. SU ELECCIÓN MATRIMONIAL

Amas a la mujer a la que quieres hacer el bien. Y amas menos o menos puramente a la que quieres buscando tu propio bien. 

Tomás Moro había hecho amistad con un tal Maister Juan Colte, un caballero de Newhall, Essex, cuyo hija mayor, Juana, se casó con él en 1505.


Roper, el autor de la biografía de este santo, escribe estas líneas acerca de la opción de santo Tomás Moro: «si bien su mente se dirigía hacia la segunda hija de Roper, pues la consideraba más agraciada y hermosa, consideró que eso causaría un gran pesar y algo de vergüenza a la mayor, al ver que su hermana menor era preferida como esposa antes que ella, por lo que, con gran pesar, empezó a dirigir su mente hacia ella», es decir, hacia la mayor de las tres hermanas. Este matrimonio resultó ser sumamente feliz; tuvieron tres hijas, Margarita, Isabel, y Cecilia, y un hijo, Juan.
Los santos nos iluminan. Amar es querer el bien del otro. Y Tomás Moro quiso el bien de la hermana mayor. Esa elección de santo Tomás Moro fue el principio del amor para ambos. 

La iniciativa amorosa del varón aún contraria a la inclinación del sentimiento y la atracción fisica fue el cimiento de un amor matrimonial duradero y feliz. 
Era más puro el amor generoso por la mayor evitándole un disgusto y buscando su bien, que la atracción natural hacia la hermana menor. Y eso fue el mejor cimiento de un buen matrimonio. 
Amas a la mujer a la que quieres hacer el bien. Y amas menos o menos puramente a la que quieres buscando tu propio bien.
El sentimiento no está en nuestra mano pero la voluntad sí, y puede gobernar, para bien, al sentimiento. 


El segundo matrimonio de Tomás Moro demuestra que el segundo matrimonio es, o debe serlo cuando es bueno,  más racional y por motivos racionales. 
Apenas al mes de haber fallecido su primera esposa (10 años menor que él) contrajo matrimonio. 
No le importó tanto la opinión de la gente cuanto la necesidad de sus hijas huérfanas. Se casó casi inmediatamente, para proveer de madre a sus hijas. Eligió para ello una mujer de clase alta, viuda, rica, menos dócil y más directiva que la primera esposa, pero más capaz como educadora de las niñas de la primera. Miralo en este link: Eso no obstó para que también este segundo matrimonio fuese armonioso aunque naturalmente distinto que el primero.


De este tema me he ocupado antes en este blog respondiendo a «Sonia» acerca de si «Amar está en mi mano». Véalo en :
https://elblogdelbuenamor.com/2009/08/amar-esta-en-mi-mano-1.html
O en:
http://www.es.catholic.net/jovenes/150/2843/articulo.php?id=54989
También recomiendo el comentario de Mariana en la entrada en que responde a Sonia:
https://elblogdelbuenamor.com/2009/08/un-interesante-testimonio-en-relacion.html


Y he retomado esta entrada y otra de Mariana sobre el mismo tema en mi libro: «El Buen amor en el noviazgo» (Editorial Lumen, Buenos Aires – México 2011 páginas 9 a 22)

Véase también: «Qué es enamorarse» en este enlace

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